"Una realidad que no podemos dejar pasar es que vivimos para ganar, dejando atrás lo que pueda perjudicarnos." Nacemos con un propósito.
Después de un gran milagro en mi vida, tocaba aprender.
Soy melancólico, y en mi primera etapa como niño, me caracterice por ser muy dulce, pero tuve que lidiar mucho con la frustraccion y sobre todo el deseo de tener un mundo perfecto.
Me ponía a llorar mucho si un cordón de mi zapato se desataba, y le pedía a mi mamá que me lo atara "bien" sino, yo era el niño más más llorón ¡jaja! Yo quería que todas mis situaciones fueran perfectas, y a medida deseaba la perfección, ¡más me frustraba! Yo no podía aceptar que la mínima cosa saliera mal; Quería ajustar un mundo perfecto a mi manera.
Mis padres me instruyeron de gran manera y ésta etapa, fue todo un reto.
Me gustaba mucho el deporte, siempre pase muy activo, disfrutaba tanto jugar y correr con mis amigos, el correr para mí era una liberación tan increíble ¡Cuánto lo disfrutaba!
Tenía 4 años cuando le dije a mi mejor amigo "Cuando sientas que el corazón te late muy rápido y sientas que se te va a salir... ¡Pará! Puede ser peligroso"! En aquél entonces él no entendía lo que yo
le decía.
le decía.
Si hay algo que había estado impidiendo correr mi carrera era la frustraccion.
El fútbol me ayudó mucho, estuve en una escuela de fútbol cuando tenía 7 años, aprendí tanto estando allí, especialmente cuando tuve que perder mi primer partido jaja ¡lloré tanto!
Cuando tenía 11 años entré a un equipo de fútbol federado de mi ciudad, era un sueño para mí hacer fútbol, siempre dije que mi anhelo era jugar algún día en el Chelsea FC de Inglaterra, era muy bueno, pero me cansaba muy rápido, me sentía muy débil cuando entrenaba y recuerdo llorar en los entrenamientos por la impotencia de no poder seguir con fuerza. Esa situación me llevó a querer cambiar de deporte. Tomé la decisión de entrenar atletismo, ya que mi papá fue un campeón ahí y me llamaba mucho la atención, tal vez el atletismo me ayudaba con la resistencia y velocidad. Resulta que el atletismo ¡me encantó! Entrené bastante y tuve la oportunidad de ganar muchas competencias nacionales y representar a mi país a nivel internacional. Me iba muy bien, tenía como meta ir a mi primer campeonato mundial. Yo sabía que lo iba a lograr, estaba muy cerca... Aunque muchas veces tenía el deseo de no ir a entrenar, me seguía sintiendo muy cansado pero me motivaba el querer alcanzar mi meta.
En una competencia importante, a media carrera sentí que el corazón se me salía del pecho y me detuve, mi entrenador me dijo que no quería verme sin antes ir al doctor... ¡Yo no quería ir! Pero tuve que ir, quería regresar a entrenar.
Es imposible que todas nuestras situaciones sean como nosotros queremos, pero es posible ajustar nuestras actitudes para ver a Dios actuar perfectamente en nuestras situaciones.
Fui al doctor, me mando a hacer examenes y salió que yo tenía una hipertensión pulmonar... Ahora entiendo que un cordón desatado es la oportunidad que Dios nos da para aprender y está en nosotros si vamos a atar nuestros cordones y correr para Él.
Que ningún dolor te haga olvidar lo mucho que Dios te ama.
Que ningún dolor te haga olvidar lo mucho que Dios te ama.
Súper .. Dios lo bendiga hoy y siempre. Att. Mauricio Irías
ResponderEliminarAnimo campeón.. Siempre hay una carrera que correr, Dios quizo inscribirte en esta nueva porque sabe lo fuerte y lo valiente que sos.. Confía y siempre escucha lo que El Coach quiere que hagas.
ResponderEliminarAbrazos,
Eduardo Lanza
¡Realmente muy lindo! que Dios te bendiga y te guarde en tu larga tarea que tenes por delante, como dice Eduardo "animo campeón".
ResponderEliminarIncreíble...
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